viernes, 4 de septiembre de 2009

Los parados


La luna de los escaparates nos devuelve el rostro mal rasurado, cansado de ver todas las mañanas nuestra sombra, cansado de tanto oler nuestro nombre. Al parado le va llegando la dificultad de andar una nueva esquina y alarga el café de la mañana, recortando el trago y prolongando la mirada, mientras sus dedos se manchan de tinta al pasar las páginas de contactos. Llega la crisis como un dolor de cabeza, como una mala resaca que no se diluye con aspirina ni cuatrocientos papeles al mes consumidos en el cocido.
El verano moribundo continúa dando cifras. Siempre hay un número caliente que atormenta al parado y nutre el titular a cinco columnas del periódico del día. Con este viernes termina una semana siniestra, de gripe económica y crisis porcina. En el aire de la economía caben todas las intrigas: bajar los impuestos o subirlos, cambiar el modelo o mantenerlo, abaratar el despido o encarecerlo; la certeza de que todo y nada pueden ser al mismo tiempo.
El parado de hoy es el Don Tancredo de hace un siglo, aquel albañil torero que hizo de su paro una pose ante el toro. El Gobierno ha vuelto a soltarle al parado el toro de las medidas económicas, el toro de las encuestas, el toro de los déficits, el morlaco de los planes municipales y también el de las hipotecas. Muchos toros para un simple parado. Mientras tanto, el obrero tose su gripe porcina, que es un odio latente de clase trabajadora enfebrecida, la mala saña del parado que se oxida en las listas soviéticas del paro.
Según la CEOE, las medidas económicas que ha lanzado Zapatero son insuficientes. Lo bueno hubiera sido que el Presidente se divorciara de los sindicatos y retrasara la jubilación hasta que a uno le llegara la parca. Ay. Pero en la literatura no hay paro ni jubilación y yo moriré escribiendo artículos, bruñendo el estilo, como viejo corsario abandonado, quieto ante el toro de la economía, mientras el parado de mi barrio camina desesperado sin saber qué le dará de comer su parienta. Que muerda cuero, le han dicho.