jueves, 23 de julio de 2009

A un animal divino


Venida a través de tanta locura,en este verano húmedo y sentimental, vestida ella de portada del Cosmopolitan, tatuada de misterios, venida a mi establo a través del remolino que trae el Facebook, de pronto, posó ante mi como un animal divino. Andaba yo buscando ideologías, estatua de mi mismo, pensamiento de piedra, andaba yo buscándome la vida como un equilibrista sobre el alambre fino, cuando, a lomos de sus deseos, me plantó en el corazón mismo de las ciudades, tupido, cachondo y revuelto. Y así, pulido el oxido de los días con su fotografía de tanto mirarla, desnudo yo de palabras, completamente enmudecido, respondí a su gemido con otro más profundo.
Si me había enganchado a Ava fue porque siempre me fascinaron las mujeres que después de follar se ponían las gafas de leer para buscar las bragas.
No sabía yo que lo que más excitaba a Ava era un gesto serio, una buena bofetada, no sabía yo que los mejores deseos se cumplen ante hermosos espejismos que siempre acaban en nada. De modo que trato de quitarme esta absurda y excitante locura que es Ava con la vieja de la farmacia y un par de pastillas.
-Trae receta?
-Pues va a ser que no. Pero es por Ava. Acaso no le suena?
-Alguna menor?.
-Tiene casi un siglo. Es el animal más hermoso del mundo.
-A ti lo que te pasa es que eres un sentimental de mierda que aún vive de los mitos.
-La mitología es anterior a la democracia. Todos venimos a este mundo paridos por un mito.
-Pues si quieres escribir sobre el amor, arráncate los ojos. No se necesitan ojos sino ideas en la cabeza para distinguir la realidad del deseo.